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menos sexo que las generaciones anteriores   

Diversos estudios y encuestas recientes indican que, en general, las personas practican menos sexo que en generaciones anteriores. Esto se ha observado especialmente en jovenes adultos y en algunos países con economías avanzadas. Las razones detrás de esta tendencia son múltiples y complejas.

 

 

Factores que influyen en la disminución de la actividad sexual

 

1. Estrés y carga mental

La vida moderna ha aumentado los niveles de estrés, ansiedad y fatiga, lo que afecta el deseo sexual. La incertidumbre económica, el exceso de trabajo y la precariedad laboral también influyen en la reducción de la libido.

 

2. Aumento del uso de tecnología y redes sociales

El tiempo que antes se dedicaba a las relaciones personales ahora se invierte en redes sociales, videojuegos y entretenimiento digital. La sobreexposición a pantallas puede disminuir la conexión emocional y la espontaneidad en las relaciones.

 

3. Cambios en las dinámicas de pareja

La independencia económica y emocional ha cambiado las estructuras tradicionales de pareja. Muchas personas postergan las relaciones estables o prefieren mantener vínculos más superficiales, lo que puede influir en la frecuencia de las relaciones sexuales.

 

4. Mayor conciencia sobre salud mental y relaciones tóxicas

Generaciones más jóvenes tienden a evitar relaciones basadas en presión o dependencia emocional. También hay un rechazo creciente a dinámicas sexuales forzadas por expectativas sociales.

 

5. Más consumo de alcohol y drogas

En comparación con generaciones anteriores, algunas personas jóvenes consumen más sustancias que antes están vinculadas con la desinhibición y la actividad sexual ocasional.

 

6. Mayor acceso a la pornografí­a y gratificación instantánea

La pornografía y la masturbación pueden suplir, en algunos casos, la necesidad de contacto físico, reduciendo la búsqueda de relaciones sexuales en pareja.

 

7. Cambio de valores y prioridades

Muchas personas, especialmente en sociedades occidentales, han cambiado sus prioridades hacia el desarrollo personal, profesional y espiritual, dejando la sexualidad en un segundo plano.

 

8. Factores biológicos y hormonales

Algunos estudios sugieren que cambios en el estilo de vida, la alimentación y la exposición a disruptores endocrinos pueden estar afectando los niveles hormonales, disminuyendo el deseo sexual.

 

 

¿Es preocupante esta tendencia?

Depende del contexto. La disminución de la frecuencia sexual no es un problema en si mismo, siempre que las personas se sientan satisfechas con su vida. Sin embargo, si la falta de sexo está relacionada con aislamiento social, ansiedad o insatisfacción, podría ser un indicador de problemas más profundos en la sociedad.

 

 

La falta de sexo  

La falta de sexo puede tener diversos efectos en el organismo y en la salud mental, aunque su impacto varía según cada persona, su estilo de vida y su bienestar general.

 

No todas las personas necesitan la misma cantidad de actividad sexual para sentirse bien, pero cuando la falta de sexo no es una elección sino una consecuencia de estrés, ansiedad o problemas de conexión emocional, si puede generar ciertos efectos negativos.

 

 

Efectos en el organismo

 

1. Mayor estrés y tensión

Durante el sexo se liberan endorfinas y oxitocina, hormonas que reducen el estrés y generan sensación de bienestar. La ausencia de esta ví­a de liberación de tensión puede aumentar los niveles de cortisol, lo que puede generar ansiedad, insomnio y tensión muscular.

 

2. Sistema inmunológico más débil

Algunos estudios sugieren que las personas con actividad sexual frecuente tienen un sistema inmunológico más fuerte, ya que el sexo estimula la producción de inmunoglobulina A (IgA), una proteí­na que ayuda a combatir infecciones.

 

3. Mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares

El sexo es una forma de ejercicio cardiovascular que mejora la circulación sanguínea y ayuda a mantener el corazón saludable. La inactividad sexual prolongada puede contribuir a una menor salud cardiovascular, aunque esto depende del estilo de vida general.

 

4. Desequilibrios hormonales

La actividad sexual ayuda a regular hormonas como la testosterona y los estrógenos, fundamentales para la energía, la masa muscular y la salud ósea. Su falta prolongada puede afectar el equilibrio hormonal, especialmente en hombres y mujeres mayores.

 

5. Menor lubricación y elasticidad vaginal

En mujeres, la falta de sexo puede reducir la lubricación natural y la elasticidad vaginal, especialmente durante la menopausia, cuando los niveles de estrógenos disminuyen.

 

6. Disminución de la libido

Aunque parezca contradictorio, la falta de sexo puede llevar a un menor deseo sexual con el tiempo, ya que el cerebro y el cuerpo se acostumbran a la ausencia de estimulación.

 

7. Menor calidad del sueño

La actividad sexual contribuye a la relajación y la producción de melatonina y prolactina, hormonas que facilitan el descanso. La falta de sexo podría hacer que el sueño sea menos profundo o reparador.

 

 

 

Efectos en la salud mental y emocional

 

 

1. Aumento de la ansiedad y la irritabilidad

La falta de actividad sexual puede hacer que algunas personas se sientan más tensas, ansiosas o frustradas, especialmente si no tienen otras vías para liberar estrés.

 

2. Mayor sensación de soledad o desconexión

El sexo no solo es una experiencia física, sino también emocional. La ausencia de contacto Íntimo y afectivo puede generar sensación de aislamiento o afectar la autoestima.

 

3. Mayor riesgo de depresión leve

La actividad sexual libera neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, relacionados con el placer y la felicidad. Su ausencia prolongada podría influir en estados de ánimo bajos en algunas personas.

 

4. Menor confianza en uno mismo

La falta de sexo puede afectar la percepción de atractivo y autoestima en personas que asocian la actividad sexual con su valía personal o con la validación externa.

 

5. Menor sensación de conexión en pareja

En relaciones estables, la falta de sexo puede afectar la intimidad emocional y la complicidad, si no se compensa con otras formas de conexión afectiva.

 

 

Estrategias para mantener una buena salud sexual 

 

Mantener una buena Salud Sexual es fundamental para el bienestar general, independientemente de la frecuencía de la actividad sexual. Si por elección o circunstancias, una persona tiene poca o ninguna actividad sexual, es posible cuidar su salud sexual a través de diversas estrategias.

 

 

1. Conocimiento y Educación Sexual

 

* Conoce tu cuerpo: Comprender la anatomía y las respuestas sexuales propias es esencial para una salud sexual positiva. La autoexploración puede ayudar a identificar que es placentero y que no lo es.

 

* Infórmate adecuadamente: Accede a fuentes confiables para obtener información sobre sexualidad, métodos anticonceptivos y prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS). Profesionales de la salud, como matronas y médicos especializados, pueden proporcionar orientación precisa.

 

2. Salud Física y Estilo de Vida

 

* Ejercicio regular: La actividad física mejora la circulación sanguínea, aumenta los niveles de energía y puede influir positivamente en el deseo sexual. 

 

* Alimentación equilibrada: Una dieta rica en nutrientes apoya el funcionamiento óptimo del organismo, incluyendo el sistema reproductivo.

 

* Higiene Íntima: Mantener una rutina de higiene diaria es esencial para prevenir infecciones y garantizar el bienestar general.

 

 

3. Salud Mental y Emocional

 

* Gestión del estrés: El estrés puede afectar negativamente la salud sexual. Técnicas como la meditación, el yoga o actividades recreativas pueden ser beneficiosas.

 

* Autoestima y confianza: Sentirse bien con uno mismo es clave para una salud sexual positiva. Actividades que promuevan el autoconocimiento y la auto aceptación pueden ser útiles.

 

 

4. Relaciones y Comunicación

 

* Comunicación abierta: Si se tiene pareja, es fundamental hablar abiertamente sobre deseos, límites y preocupaciones relacionadas con la sexualidad.

 

* Establecimiento de límites: Es esencial reconocer y respetar los propios límites y los de los demás, asegurando que todas las interacciones sean consensuadas y cómodas.

 

 

5. Prevención y Cuidado

 

* Uso de métodos de protección: Si se decide retomar la actividad sexual, es crucial utilizar métodos anticonceptivos adecuados para prevenir ITS y embarazos no planificados.

 

* Revisiones médicas periódicas: Consultar regularmente con profesionales de la salud para chequeos generales y abordar cualquier inquietud relacionada con la salud sexual.

 

 

6. Placer y Satisfacción Personal

 

* Masturbación: La auto estimulación es una forma saludable de explorar el propio cuerpo, liberar tensiones y mantener una conexión con la propia sexualidad.

 

* Uso de juguetes sexuales: Pueden ser una herramienta para el autoconocimiento y el placer, incluso sin una pareja sexual.

 

 

7. Educación y Asesoramiento Profesional

 

* Asesoramiento sexual: Buscar la orientación de terapeutas sexuales o consejeros puede proporcionar herramientas y técnicas para mantener una salud sexual óptima.

 

* Participación en talleres o grupos de apoyo: Estas actividades ofrecen espacios seguros para aprender y compartir experiencias relacionadas con la sexualidad.

 

 

En resumen, la salud sexual abarca más que la actividad sexual en si. Implica un enfoque integral que considera el bienestar físico, mental y emocional. Adoptar estas estrategias puede contribuir a mantener una salud sexual positiva, independientemente de la frecuencia de las relaciones sexuales.

 

 

febrero2025@womanpenelope