aprende con penelope

Woman Penelope 

THE PENELOPE NEWS 

tu canal en YouTube de Woman Penelope

             

Ya esta a la venta en amazon.es. 

Primera Guia manual del Morbo.

Exclusivo para mujeres

           de Woman Penelope           

Cada día puede ser el mejor de tu vida. Solo dale una oportunidad 

EnglishFrenchGermanItalianPortugueseRussianSpanish

Las razones (de salud) por las que las mujeres deben tener orgasmos

 

Aunque el placer ya es suficiente aliciente, lo más interesante es que, además, es un aliado perfecto para cuidar mejor tu cuerpo

 

 

Eva Carnero

El porcentaje de mujeres que alcanza el orgasmo en sus relaciones sexuales está muy por debajo de lo deseable. Así se desprende del estudio llevado a cabo por Diversual. La encuesta realizada por esta tienda erótica a 4.200 personas recoge numerosos datos sobre la sexualidad femenina; entre ellos, uno de los más reveladores es que tan solo el 14% de las mujeres llega al orgasmo "siempre" durante las relaciones sexuales con otras personas, porcentaje que aumenta a un 48,5% que lo consiguen en "la mayoría" de las ocasiones.

 

Los orgamos aumentan la sensación de bienestar y mejoran el sistema cardiovascular e inmune A partir de estos datos y del escenario que dibujan, la cuestión que se plantea es si sería bueno o no que esos números se incrementasen. Pues bien, la ciencia nos dice que sí. Ya que parece ser que tener o no tener un orgasmo no es solo un tema de placer, sino que también incumbe a la salud, tanto física como mental. Está comprobado que además de aumentar la sensación de bienestar, mejora el sistema cardiovascular, respiratorio e inmunológico. E incluso el estado de la piel, la memoria o la capacidad de concentración salen beneficiadas.

 

Tan numerosas y valiosas son las ventajas asociadas al orgasmo que, según Carmen Sánchez Martín, psicóloga clínica, sexóloga en el Instituto de Urología Serrate&Riba y autora del libro El sexo que queremos las mujeres, poco importa cómo se obtenga, si es por la vía clitoriana, a través de la excitación de la vagina o mediante fantasías o ensoñaciones, ya que "lo importante para nuestra salud física y emocional es llegar", recalca.

 

 

"mano de santo" para la salud en general

 

Desde el punto de vista físico, las consecuencias de mantener una relación sexual plena son múltiples y a cual más interesante. Ahora bien, de todas ellas, la más evidente es el efecto relajante. Durante el orgasmo se generan sustancias que facilitan el relax y contribuyen a la reducción del estrés y la ansiedad, como las endorfinas o la oxitocina. El orgasmo también incide en la conciliación y calidad del sueño. "Está comprobado que hay mujeres que se activan tras el orgasmo, pero a otras muchas les produce ganas de dormir. Depende de cómo haya sido la relación sexual que lo ha desencadenado", aclara la sexóloga.

 

Por otro lado, otra de las áreas alteradas sería el sistema inmune, ya que, según la experta, "se crean anticuerpos y nuestras defensas se fortalecen". Además, otro de los beneficios que le atribuyen es que "alivia las reglas dolorosas". También se produce una quema de calorías extra. Y es que tener un orgasmo "no deja de ser una actividad física. Ahora bien, se trata de un ejercicio moderado", matiza Sánchez. Aun así, no cabe duda de que se puede decir que el orgasmo activa el sistema cardiovascular y respiratorio, y por tanto, se reduce la presión sanguínea y el riesgo cardiovascular. "Este incremento del flujo de sangre también hace que el estado de la piel mejore", agrega.

 

 

una buena manera de aumentar la capacidad de concentración

 

Más allá de la repercusión a nivel físico, está demostrado que existen mejoras en lo emocional. Esto es, en lo concerniente a la confianza en uno mismo, en la seguridad o en la autoestima, aspectos que se ven notablemente favorecidos. Esto es así, según la psicóloga, porque "tener orgasmos, ya sea en pareja o a solas, proporciona una clara sensación de que funcionas correctamente". Está comprobado que tener orgasmos rebaja los niveles de cortisol (hormona del estrés) Además, el hecho rebajar el cortisol (hormona del estrés) a través de la subida de los niveles de oxitocina o endorfinas ayuda a recuperar la sensación de bienestar, lo cual "colabora en la mejora de ciertas capacidades cognitivas, como la memoria, la atención o la concentración", apunta la experta. Ahora bien, "esto no significa que una tenga que provocarse orgasmos en la oficina para estar más concentrada, aunque es cierto que tener un orgasmo rebaja la ansiedad", recalca.

 

 

¿De dónde vienen tantos beneficios?

 

Hemos visto los principales efectos secundarios del orgasmo. Ahora bien, ¿en qué consiste exactamente esta explosión de placer? Tal y como sintetiza la experta, "se trata del culmen de la respuesta sexual. En concreto, es un conjunto de estímulos que se dan después de la excitación y que hacen que, poco a poco, el placer se incremente cualitativa y cuantitativamente. Finalmente, hay una sensación de descarga y unas contracciones que se producen en el tercio externo de la vagina". Y añade: "Es como de minicrisis, en la que se sienten a la vez un orgasmo psicógeno y otro reflejo".

 

 

¿Por qué el 86% de las mujeres no llegan (siempre) al orgasmo?

 

La sexóloga reparte la explicación entre factores de muy diversa índole. En primer lugar, señala obstáculos de etiología orgánica, como, por ejemplo, padecer esclerosis múltiple, diabetes, hipertensión... Pero también apunta como posibles impedimentos los trastornos psicológicos o la ingesta de algunos fármacos que pueden inhibir el orgasmo.

 

En cuanto a los aspectos psicosociales, Sánchez señala una educación social inadecuada o unas actitudes sociales negativas (erotofóbicas), como dos de los frenos que dificultan a las mujeres llegar al orgasmo.

 

Por último, otros factores predisponentes serían "no saber comentarle a nuestro compañero o compañera sexual qué es lo que nos gusta, poca comunicación con la pareja, miedo a ser abandonada, inseguridad, o tener unas expectativas desmedidas hacia la sexualidad". Una retahíla de impedimentos que completa con algunos más: "Dificultad para abandonarse, exceso de autoobservación, ansiedad anticipatoria o el hecho de no estar en las mejores circunstancias. Por ejemplo, en ocasiones, -asevera la experta- algunas de mis pacientes que tienen hijos me han comentado que no llegan al orgasmo porque tienen miedo de que los niños entren en la habitación".

 

 

junio2023@womanpenelope.es