aprende con penelope

Woman Penelope 

experiencias basadas en hechos reales

el amor no tiene cura, pero es la cura de todos los males      

EnglishFrenchGermanItalianPortugueseRussianSpanish

pillada

 

Una noche de verano estábamos invitados a una fiesta en la playa, en casa de unos amigos. Nos vestimos para la ocasión de blanco. Yo con un vestido de gasa escotado y corto, el que resaltaba mi figura y color tostado de mi piel. Él con tejanos y camisa de algodón.

 

Llegamos y entramos, la puerta estaba abierta. La casa era muy grande con jardines a pie de playa.

Había gente por todas partes, la cocina con una gran isla en el centro, habían preparado una variedad de bebidas y aperitivos, tipo bufete para que cada invitado se sirviera.

 

Paul preparó dos Ron con Coca Cola y salimos al jardín, no cabía un alfiler, había música y la gente bailaba y reía, otros sentados de charla.

Vimos a nuestro grupo y fuimos a reunirnos con ellos.

 

Solo encontramos una silla, así que me senté sobre una de sus rodillas. Paul me rodeaba por la cintura para sujetarme mientras hablábamos con nuestros amigos de forma desenfadada.

 

Con mi rodilla rozaba su polla como sin darme cuenta. Al cabo de un rato note como se le puso dura, me hablaba al oído para que me sentara sobre sus dos rodillas y tapar el bulto que se le apreciaba por debajo del pantalón. nos empezamos a poner cachondos, yo notaba la polla de Paul como crecía entre sus pantalones debajo de mis nalgas, yo me movía y notaba como se iba sonrojando. Acabamos la copa y decidimos salir a dar una vuelta, queríamos estar a solas, pusimos una excusa para marcharnos…. Creo recordar como que íbamos a comprar tabaco y regresábamos.

 

Nos marchamos a un sitio apartado, nos metimos por un camino sin asfaltar y paramos el coche en la entrada de un campo. No se veía apenas nada, solo el reflejo de la luna.

 

Escuchábamos música en el coche mientras conversábamos. No dejaba de mirar el bulto de su pantalón, acerqué mi mano y empece tocar el bulto a la vez que le besaba.

 

El coche era pequeño y decidimos pasar a la parte trasera, allí seguimos con los besos y me empezó acariciar los pechos, mis pezones ya estaban diciéndole lo cachonda que estaba, a él le iba a reventar la cremallera de su pantalón, se la bajé y le ayude a quitarse el pantalón, desabroche su camisa.

 

Yo me quite el tanga y me senté sobre su polla abierta de piernas, mi coño húmedo rozaba su polla erecta. Me bajo los tirantes del vestido y se metió una teta en la boca y después la otra, mordisqueando los pezones

 

Seguimos con besos, bajo su mano derecha y metió su dedo en mi coño, uff estaba empapada, se dejó caer hacia abajo del sillón, me levanté un poco para meterme su polla firme. Me movía con rapidez de atrás hacia delante metiéndola hasta dentro, empezaba a sudar, mi coño parecía un río, creí que me iba a correr.

 

No se porqué, de pronto miré por la ventana y vi alguien que nos estaba observando. Paré en seco pero no saque la polla de dentro de mi, avise a Paul, el hombre se vio pillado y apresuró su huida.

 

Empezamos a reír, esto nos puso aún más cachondos y seguimos a lo nuestro, mis movimientos eran más pausados pero más profundos, sentí el calor en mi coño, iba a estallar, di dos envites más a su polla y me corrí, el clímax fue divino, seguí con mis movimientos alargando el momento de placer, unos segundos más, hasta que él me avisó que se iba a correr, me levanté y se corrió fuera de mi, metió su cara entre mis pechos mordiéndolos .

 

Al momento me aparte y me senté a su lado, cogí unas toallas para limpiarnos y sin vestirnos fumamos un cigarro comentando la escena a través de los ojos del miron.

 

Con la conversación note como subía de nuevo mi deseo. Me agache y metí su polla en la boca hasta la campanilla, sin pausa, con rapidez le folle con la boca hasta correrse. Sus gemidos continuos me gustaban y subían mi líbido

 

Mientras se limpiaba, puse el respaldo del asiento delantero hacia abajo, me tumbé frente a él abierta de pierna y viera mi coño abierto, no hizo falta decir nada. Se inclinó lamiéndome con su gran lengua. Se recreaba en el clitoris, mi deseo aumentaba a toda velocidad, me pellizcaba los pezones y un estallido me hizo gemir de placer.

 

Al rato nos vestimos y nos marchamos de regreso a la fiesta.

 

   

septiembre2024@womanpenelope.es