aprende con penelope
El estar privados de libertad debido a las restricciones de la pandemia, la mujer ha experimentado un cambio radical. Las reglas del juego han cambiado definitivamente.
Los hombres y mujeres no tienen forma de interactuar y de ligar, por lo que ha habido un aumento significativo en utilizar aplicaciones de contactos en internet para conocer gente y aquí es donde se ha apreciado que la mujer ha tomado la iniciativa y se decida a hablar, a conocer gente a través de estas redes sociales. Dedicando tiempo a conocer al hombre elegido, con conversaciones largas.
Este cambio ha sorprendido, ya que la mujer era pasiva esperando a ser la elegida. La soledad, el miedo, la incertidumbre por no saber lo que nos espera, nos crea ansiedad y nos lleva a querer tener pareja y buscan compañía.
Con la distancia social, echamos de menos los abrazos, los besos. Son muestras de cariño que son muy importantes para una buena salud afectiva. El contacto físico es una parte fundamental en la interacción humana, de lo contrario, la carencia de contacto humano nos puede afectar a nuestra salud mental.
En todos estos meses hemos tenido mucho tiempo para pensar, para reflexionar en nuestra vida. Nos invaden muchas emociones y ansiamos cambios y echamos de menos los tiempos en los que hemos sido felices, por lo que no queremos esperar más y queremos disfrutar de las cosas que están a nuestro alcance.
El sexo nos ayuda a llevar mejor esta falta de libertad, nos ayuda a fortalecer nuestra auto estima y a tener equilibrio en nuestro día a día.
La mujer piensa mas en jugar, quiere sentir cosas diferentes, tener el control de su disfrute, quiere ser ella la que se corra sin necesidad de que intervenga una polla, esto pasa a un segundo plano, quiere juegos donde la imaginación vuela, con juegos que la pongan al máximo de excitación. Solo admite sexo oral como contacto físico, y que le metan la polla solo en ocasiones.
A la mujer la excita sentirse deseada, notar que la están desnudando con la mirada, ver cómo crece la polla del hombre solo con mostrarse de forma sugerente, con posturitas o con insinuaciones dejando ver partes de su cuerpo con disimulo. Esto es morbo al puro estilo clásico.
La nueva tendencia en el cambio de interactuar, será definitivo ya que la mujer ahora ha tomado las riendas de su sexualidad y en pareja. Ella decide y dice que es lo quiere en el sexo, cuando y como. No necesita ser follada, necesita emoción y morbo en su vida.
La otra tarde estábamos en el salón de casa David y yo viendo una película en la televisión, durante este confinamiento hemos visto muchas, pero esta tenía una carga de erotismo que sin llegar a ser porno, las escenas te ponían caliente.
Note mis pezones como se erizaban y como mi vagina se iba humedeciendo. David estaba sentado en el sofá pequeño y yo en el de tres plazas, llevaba un blusón blanco que me había puesto después de darme una ducha, sin ropa interior para estar cómoda.
Me empecé a acariciar los labios del coño y vi como la mirada de David se posaba sobre mí y estaba atento a lo que hacía, me puse cachonda de inmediato y le dije...
— me estoy poniendo muy cachonda... saca tu polla...
Sin mediar palabra y con una mueca de picardía en su cara sacó su polla y empezó a moverla de arriba abajo sin parar.
Yo al ver aquello, la dureza de su polla, el goteo que brotaba de su punta y los movimientos de su mano...
Me di cuenta de que me había metido un dedo en mi vagina y mi mano se movía cada vez más de prisa, tenía la mano empapada de mis jugos y un calor intenso en mi interior, el cosquilleo era intenso, me retorcía de placer y gemía cada vez más alto. Abrí las piernas todo lo que pude para que David viera mi coño como estaba de excitado.
Su mirada se clavó en mi, sus ojos me devoraban, se humedecía los labios y yo no podía más y le dije...
— ponme la polla en la boca...
Se levantó y se acercó, agachándose y poniéndome su polla chorreante en la boca, el sabor y calor de su miembro en la boca hizo que explotara casi al momento. Fue un estallido tremendo, no podía dejar de chupar su polla y David continuó haciéndose la paja con mi boca pegada a su prepucio y al minuto le oí gemir y decir...
— ya viene, ya, yaaaa...
Explotó en mi boca y trague todo su líquido. Después nos dejamos caer en el sofá hasta recuperar el aliento.
marzo2021@womanpenelope