aprende con penelope
el pasado es para aprender, el presente para vivirlo y el futuro para soñarlo
Había quedado con unas amigas para salir, me retrasé y cuando llegué ya estaban tomando copas y muy animadas, la noche prometía, me uní a ellas y pedí una copa y al momento pidieron chupitos de tequila para todas, después de un par de copas más, decidimos cambiar de sitio y a seguir la fiesta en otra localidad, a ocho kilómetros de nuestro pueblo.
Solíamos ir a una calle llamada zona 9, era un lugar lleno de bares a derecha y izquierda, el punto de encuentro para los jóvenes.
Coches aparcados en doble fila, las terrazas llenas, un sitio ideal para conocer gente. El ambiente y la fiesta se palpaba. Todos con sus copas llenas, reían y bailaban, nosotras también nos unimos aquella fiesta y más chupitos.
Entre tanta gente había un chico que llamaba mi atención, media unos 1,70cm. más o menos, ojos azules y el pelo casi rubio, era muy atractivo, tenía unos labios gorditos, muy sensuales. Cada noche cuando íbamos por allí lo encontraba, siempre rodeado de gente con su copa cerca de su moto 600cc.
Esa noche después de estar allí, nos marchamos, ya eran cerca de las dos de la madrugada y empezaban a cerrar los locales, desplazaban a la juventud a la zona de discotecas. Cuando llegamos, aparqué mi coche y nos dirigimos a la entrada, donde había una cola inmensa para entrar, estando guardando turno, me giré y volví a ver al chico de la moto, era relaciones publicas de la discoteca de moda. Allí estaba, con su moto impresionando a todas las chicas.
Al ir a entrar a la discoteca me saludo, haciéndome un gesto con la mano para que me acercara. Le dije a mis amigas que se adelantaran, que enseguida entraría yo .
Mis amigas pasaron a la discoteca y este chico que se llamaba Kim me dijo que esperara un momento que me invitaba a tomar una copa. Me pareció genial una copa gratis y así podría conocerle un poco mejor, estaba emocionada, se había fijado en mi. Yo estaba eufórica de la emoción que sentí cuando entramos en la discoteca y todo el mundo nos miraba.
Me llevó a una de las barras y pidió dos Whisky cola, estuvimos charlando de cosas sin importancia, cuando me di cuenta, me había pedido otra copa, sin pensar bebía, lo estaba pasando bien y con el chico que me gustaba y encima presumía delante de mis amigas. Me sentía en una nube, con la música tan alta que apenas oía lo que me decía, las luces me cegaban y el camarero ponía chupitos en la barra para todos y la gente los tomaba, algunos eras de mora, otros de regaliz, bueno, lo cierto es que no se cuantos probé.
Al cabo de un buen rato me propuso dar una vuelta en su moto. Pensé que iba a ser la envidia de todas las chicas y me vendría bien que me diera el aire, me encontraba mareada pero no podía decirlo, no podía aparentar debilidad, así que me hice la fuerte.
No dije nada a mis amigas porque estaba segura que no íbamos a tardar. Cuando salimos de la discoteca me di cuenta del frío que hacía y no me apetecía pasar más frío en su moto. El me convenció diciendo que íbamos a un sitio muy cerca y subimos en su moto, yo iba pensando que iríamos a algún local a por algo y volver a la discoteca , se metió por una calle muy estrecha y pensé que sería un atajo para llegar antes.
Cuando me di cuenta, estábamos frente a una casa de campo , -pregunte qué hacíamos allí,- el me contestó que la casa pertenecía a su familia. -Pregunte que iba hacer allí y dijo …
– nada solo estar un rato solos sin tanta gente.
No pensé y me dejé llevar, estaba mareada y no sabía muy bien dónde estaba, solo había oscuridad por dónde mirara.
Entramos en la casa y estaba fría, apenas habían muebles, se notaba que solo la utilizaban en verano, me cogió de la mano y pensé que me iba a enseñar la casa, me llevó a una habitación donde había una cama pequeña. y sin más , sin una palabra me acercó a él y empezó a besarme ,sin darme tiempo a reaccionar, me iba quitando la ropa mientras yo me agarraba a ella porque no quería desnudarme…
– que haces? Le dije
Él dijo…
– calla tonta y déjate llevar . Te va a gustar….
Le empuje y le dije que me dejara y que regresáramos a la discoteca. Entonces él de un empujón me tiro sobre la cama, yo me intenté levantar y él se puso sobre mí, con sus piernas abiertas a un lado y al otro de mi cadera, sin dejarme mover. Yo le empujaba pero no podía hacer nada. Estaba prisionera entre sus piernas, me sujetaba los brazos para que estuviera quieta.
Me arranco la ropa, la blusa y el pantalón de un tirón, yo me tapaba con las manos, cerré los ojos para no ver su cara. Me abrió las piernas y metió su polla en mi coño. Empujaba con fuerza, yo giré la cabeza a un lado y notaba su aliento en mi cuello, oía como jadeaba y babeaba en mi oído.
No se el tiempo que pasó y él seguía embistiendo mi coño diciendo….
– verdad que te gusta mi polla?
Yo calle y solo pensaba que acabara y me dejara marchar. Empezó a jadear más deprisa y al poco se corrió dentro de mí .
Se tumbó de lado agarrándome de la cintura, me levanté corriendo y busque el baño para lavarme y quitarme su olor, cuando salí vi que se estaba quedando dormido, le dije que debíamos marcharnos, que mis amigas me estarían buscando.
Entonces se levantó y fue al baño, cuando salió, yo estaba en la puerta esperando con la cabeza agachada, sin decir una sola palabra se dirigió a abrir la puerta, salió y yo iba detrás de él callada y con mal cuerpo.
Llegamos a la discoteca y bajé de la moto corriendo y fui en busca de mis amigas. Ellas estaban bailando y me quedé cerca de ellas sin decir nada, después fueron a pedir unas copas a la barra de la discoteca, yo no quise mas y me quedé sentada esperando que se me pasara el mareo para poder conducir y regresar a casa.
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