aprende con penelope
no es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe como vencerlo
Subí al bus, y me fui a sentar, cuando me percaté que a mitad del pasillo había un chico con cara de travieso, me atrajo su mirada pícara y me acerqué a él, y empecé a bromear con el. Cuando el chofer arrancó, me tambalee y me sujete a el, el me agarró por las caderas…
— perdón señorita
— no te preocupes guapetón, tienes las manos grandes…
El chico vestía un pantalón de deporte y me di cuenta de que su polla se había puesto dura…
— vaya, vaya…, parece que te gusto
Me acerqué a su oído y le dije…
— tienes una buena polla, me gustaría comértela. Pero hoy tengo prisa, otro día lo pasaremos genial
Luis se puso colorado al momento, entonces llegamos a mi parada y baje, asegurándome de que el me seguía con la miraba
Pasaron unos días y no volví a coincidir con el, hasta que una mañana cuando subí al bus, le vi. Me acerqué a él…
— tienes prisa?
— no, y menos aún cuando estoy bien acompañado
— ah bien, quieres pasar el día conmigo?
— si claro, como no
Con el traqueteo del bus, nos íbamos rozando, mis pezones se despertaron y el bulto del pantalón de Luis era evidente, entonces le dije…
— en la siguiente nos bajamos
Andamos unos metros y doblamos una esquina, entramos en un garaje, lo recorrimos y fuimos hacia el ascensor. Subimos y llegamos a la zona de trasteros, abrí la puerta y entramos.
Luis se quedó sorprendido al ver mi casa.
Nada más entrar, le baje el pantalón a Luis para ver su herramienta, y saqué una caja de condones …
— te gusta lo que ha hecho mi padre aquí?
— impresionante.- contestó Luis
— bien pues ahora a follar, que es a lo que hemos venido
Le cogí de la mano y le senté en un sofá, me arrodillé y cogí su polla que medía unos 20cm. Empecé a chuparla, saboreándola y recreándome en la punta. Luis estiró la mano, y la metió entre mis braguitas y empezó a tocarme el clitoris…
— mmm, que rico, me estás poniendo muy cachonda
Me saque la polla de la boca y me quité la ropa, dejándome la ropa interior puesta, y me puse a cuatro patas. Luis apartó el tanga y empezó a darme lengüetazos en el coño, ufff, estaba empapada…
— méteme la polla
Y de una embestida, Luis me clavo su espada de una vez, empezó a bombearme fuerte, mis fluidos sonaban al paso de su polla, yo seguía sus movimientos, al compás…
— cabrón, que gusto me das. Me corro como una perra…
Mis jadeos se convirtieron en un ahhhgg, y sentí correrme con fuertes convulsiones. Luis se quedó parado y su polla estaba medió flácida, le quite el preservativo y empecé a comerme su polla de nuevo.
Su ereccion no se hizo esperar, notaba la dureza de su miembro dentro de mi boca, cuando note que se tensaba. Entonces le coloqué un preservativo y me abrí de piernas para sentir su polla de nuevo dentro de mi.
El se colocó y me penetro, empezó un vaivén de movimientos, y de vez en cuando sacaba su polla y la rozaba por mi clitoris, wow yo estalle, pero no me saciaba, el continuaba con el juego, cuando vi que no podía contenerse…
— si quieres correte dentro del cordón, o encima de mis pechos
A lo que el rápidamente, sacó su polla de mi coño, se quitó el cordón y me regó los pechos con su líquido caliente, salpicándome la cara.
Yo quería más, y le cogí la polla y la limpie con mi lengua, cuando estuvo de nuevo a punto, le enfundé otro cordón, y le monté, empecé a brincar y a moverme como una loca. Nuestros gemidos se cruzaban, así estuve disfrutando de su polla hasta que me corri de nuevo tremendamente bien, después le chupe de nuevo la polla y Luis descargó en mi boca.
Después nos duchamos y picamos fiambre que había en la nevera, y después seguimos con más juegos
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