aprende con penelope
Primera Guia manual del Morbo.
Exclusivo para mujeres
de Woman Penelope
vivimos en un mundo donde la forma de vestir se valora más que la de pensar
El amor ha pasado a ser algo al alcance de unos pocos, los demás van consumiendo personas y relaciones sexuales
Lurdes Lavado y mertxe gil
«Cuando el sexo entra por la puerta… el amor sale por la ventana». Parafraseando este dicho popular nos adentramos en el cada día más difícil mundo de los amores, amoríos, relaciones esporádicas o poliamor.
Hace unos años, y tampoco hace tanto, cuando la edad del móvil e internet era algo para unos pocos, la vida amorosa podríamos decir, que con sus más y sus menos, resultaba más sencilla. Y recalcamos el 'más' porque somos conscientes de que la vida amorosa nunca ha sido sencilla en realidad, aunque tampoco tan complicada como ahora. ¡Vaya facilidad tenemos los seres humanos para enrevesar las cosas!
Al principio surgieron los móviles, ya estábamos localizados y controlados fuera y dentro de nuestra casa o trabajo, y hasta aquí todo más menos dentro de un orden. Si habías quedado con alguien, no tenían que enterarse tus padres por la llamada indiscreta al fijo de casa, no tenías por qué hablar en la cocina o en el pasillo, donde estuviese colgado dicho teléfono ante la atenta escucha de tu hermana o tu padre. Si llegabas tarde, avisabas por el camino con tu flamante móvil. Eso sí, los teléfonos cuanto más pequeños eran más se cotizaban en el mercado. Y ahora es al revés, llevamos casi una Tablet porque cuanto más grandes, más caros y buenos son.
Pero dejamos el tamaño móvil, para adentrarnos en lo que pasó cuando el móvil se transformó en smartphone y se empezó a tener acceso a internet dentro y fuera de casa ¡Ay Dios! ¡Tenemos un pequeño ordenador en nuestros bolsos o bolsillos! ¡Y aquí es cuando se armó la gorda en el 'amor'!
Chat y páginas de citas siempre ha habido y nos atrevemos a decir que siempre habrá, pero con la era móvil es muy fácil responder a cualquiera de tus ligues mientras te tomas un café en la cafetería. O, incluso, en el trabajo, porque hoy en día se trabaja menos, se lee menos, se ve menos la tele, se sale menos y... ¡se liga más!
No importa como seas físicamente o la edad que tengas, ¡todos somos susceptibles del ligoteo cibernauta! Y hay tanto, que hay para todos los gustos, y tarde o temprano «pillas», y pillas desde tu móvil, es decir desde cualquier lugar y a cualquier hora. Ya no es necesario salir de fiesta, y encima con la crisis y lo cara que está la fiesta… mejor desde tu móvil, calentito en tu casa, sin gastar un duro y, lo que es más importante, sin 'puerta fría'. Desde el móvil todos somos valientes, ocurrentes, pícaros… Es tan fácil ligar que como nos decía un paciente la semana pasada en Albora Bide: «¿Para que comprar la vaca si tengo toda clase de leches en el supermercado?». O como solemos decir nosotras: «Ahora solo nos alquilamos, no interesa comprar o vender, solo el alquiler»
Cada vez más individualismo y soledad
¿Y a que nos ha llevado esto? Pues a que para echar un polvo ya no necesitemos tener pareja, podemos folletear con varias personas diferentes en muy poco tiempo y sin complicarnos mucho la vida, sin compromiso, sin obligaciones y sin compartir o acompañarnos en los momentos bajos. En este tipo de encuentros, solo hay buen rollo, pero cada vez más individualismo y soledad. Nunca el ser humano ha estado tan solo estando tan acompañado.
El amor ha pasado a ser algo para algunos pocos, los demás van consumiendo personas, relaciones y sexo. Estamos en la era del 'mercado de la carne', el Meet market, como dicen los neoyorquinos. Y con ello hemos pasado a ser depredadores sexuales, usándonos de forma indiscriminada los unos a los otros y ¡al por mayor! Somos objetos sexuales y como tal nos tratan y tratamos, satisfacemos nuestras necesidades sexuales y a otra cosa mariposa. El Norte, el Sur… ya no sabemos dónde están. Y, lo que es más importante, tampoco nos importa saberlo. Y es que cuanto más fácil se consigue el sexo, más difícil es el amor.
febrero2023@womanpenelope.es