aprende con penelope

Woman Penelope 

experiencias basadas en hechos reales

el amor no es encontrar a una persona con la que nunca tengas problemas o discusiones. Es esa persona que seca tus lagrimas con un abrazo. tranquiliza tus pensamientos y esta a tu lado en los momentos mas dificiles

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Y un día me di cuenta de que el tiempo no se detiene…

 

Siempre he sido una mujer poco atrevida y muy convencional. No me considero guapa pero si atractiva, de talla media, grandes pechos y muy simpática.

 

Mi pareja Darío es cariñoso, pero me aburre, sus caricias no me dicen nada. El otro día me estaba mirando en el espejo y me di cuenta de que tenía unas patitas de gallo, de pronto me sentí mayor…

 

Empecé a sentirme insegura… mi amiga Verónica, tiene mi misma edad y siempre la escucho fardar de su vida sexual con su marido, cuenta historias fogosas y excitantes. A veces incluso se me han mojado las bragas al pensar en poder experimentar algo así.

 

He leído historias por internet de infidelidades y me he puesto cachonda, hasta el punto de tener el impulso de tocarme y hacerme una paja…

 

Un día acompañe a Verónica a una tienda de lencería, era su aniversario y quería comprar algo sexy y atrevido. Aproveche para mirar cosillas, y me llamo la atención las prendas de color rojo, me sentí atraída por ese color…

 

Había un tanga con un encaje precioso, negro con formas de flores, transparente, con los ligueros colgando en los extremos…

 

por un momento pensé en comprarlo y darle una sorpresa a Darío pero… el no era muy dado a los juegos, es muy básico y solo se limita a meterme la polla y correrse.

 

Pero yo tengo la fantasía y sueño con que un día Darío me coma a besos en el metro, o el cine… excitarlo de tal forma que me folle salvajemente en cualquier sitio…

 

Pero… ese tanga, tiene algo especial… su tacto, su olor a nuevo… lo pensé durante unos instantes, y decidí comprarlo.

 

Pasaron varios días, hasta que por fin decidí ponerme el tanga para sorprenderle, esperaba que a Darío le gustara, pero ese día follamos como siempre, ni siquiera se dio cuenta de que llevaba puesto un tanga nuevo.

 

Me sentí desilusionada, aburrida con mi vida sexual y la falta de creatividad de Darío. Realmente a mis cuarenta y cinco años, solo he conocido el sexo con el.

 

Necesitaba volver a sentirme viva, fuese con quien fuese… cuando miraba aquel tanga despertaba en mi, mis más íntimos deseos, locuras… no se, descubrí que tenía un punto fetiche, que nunca antes me había dado cuenta… el roce de ese tanga en mi coño… la tirilla pasando entre mi culo, despertaba en mi las ideas más excitantes. Al observarme con el puesto y los ligueros por detrás colgando sobre mis nalgas… me sentía tan sexy.

 

Una mañana me levante llena de energía, con ganas de comerme el mundo… aquel día cuando me estaba vistiendo para ir al trabajo, me topé con ese tanga rojo… era muy escandaloso, pero me sentía tan guapa y sexy con el, que decidí ponérmelo, con medias negras, bien sujetas a los ligueros y me puse una falda con una chaqueta negra a juego.

 

Sonreí para mis adentros, pensando en que nadie podría imaginar que debajo de aquella ropa tan formal, llevara algo tan sexy…


Como todos los días, me dirigí a la estación del tren, me senté y estaba dispuesta a continuar leyendo mi novela, hasta que note la mirada de un hombre, era alguien al que veía todos los días, pero ese día sin saber porque su mirada me hizo estremecer… será por el tanga? pensé…

 

Intente disimular, pero el me miraba de tal forma, que notaba que me observaba como queriendo ver más allá… me puse nerviosa. La mirada de aquel hombre, no me dejaba concentrarme…

 

Pensé que con mi positivismo con el que había amanecido, desprendía buena energía y eso lo percibían los demás…

 

Con el vaivén del tren, hizo que el tanga ejerciera presión, y casi sin darme cuenta me estaba poniendo cachonda, cuando alce la vista, mis ojos y los de aquel hombre chocaron… debe de tener mi misma edad… pensé. Era un hombre muy atractivo, iba vestido con un traje.

 

Mientras le observaba, me fijé que había un bulto en sus pantalones… aquel hombre estaba excitado, al darse cuenta, intento disimular, poniendo sus manos encima del paquete.

 

No me lo podía creer… yo había provocado una ereccion a un desconocido, lo estaba poniendo cachondo…

 

Entonces me propuse jugar con el, sabía que no podía pasar nada, estábamos rodeados de gente…levante mi libro un poco y le miré fijamente y con disimulo fui abriéndome de piernas. El bajo su mirada…, notaba como se asomaba algo rojo… dios, aquella vista le disparó los sentidos… note como le ardía la polla con sus movimientos, queriendo disimular lo evidente.

 

El debió notar la humedad en mi tanga y se relamía los labios…

 

Cuando el tren paro, cerré las piernas, cogí mi maletín y salí. Iba andando sin poder evitar sonreír… estaba viva, había sido una travesura, pero me sentía viva, solo fueron unos segundos, pero me bastó para sentir que aún podía gustar.

 

De repente alguien me cogió del brazo, y me llevo directamente a la salida de emergencia, me puso de espaldas contra la pared y mi maletín cayó al suelo. De pronto le vi la cara… era aquel hombre del tren, ufff que subidón…

 

Sus manos fuertes me agarraban el culo y al instante estaban manoseándome los pechos, me sentí excitada y sin poder reaccionar me deje llevar…

 

Separo mis piernas y subió mi falda… me beso y metió su lengua en mi boca. Ufff el calor era sofocante… de pronto se agachó y aparto mi tanga aún lado y hundió su cabeza en mi coño… wow estaba paralizada, apenas podía moverme… sentir la lengua de un desconocido y sabiendo que alguien nos podía ver…

 

Estaba muy cachonda, el fuego salía de mi coño a cada lametazo, como mordisqueaba mi clitoris… ufff ahogaba mis gemidos y no quería que parara. El seguía chupando mi coño y notaba líquido chorreando entre mis piernas.

 

Entonces se levantó y me dio la vuelta, me agarró el hilo del tanga, apartándolo, restregando su polla sobre mi culo…

 

— mmmm follame, quiero sentir tu polla dentro de mi…

 

Dije entre suspiros. El hilo del tanga apretaba mi nalga derecha. Me incliné un poco y note la punta de su polla en la entrada de mi vagina y de una embestida me hundió su polla, se movía rápido, la metía y sacaba con rapidez…

 

Me agache un poco más para que entrara mejor su polla, no pensaba, solo sentía la dureza de su polla en mi interior, ufff estaba a punto de correrme y el empujaba haciéndome disfrutar como nunca y de pronto explote con temblores, apreté el culo. Pero el continuaba follandome, golpeándome con fuerza.

 

Entonces sentí su dedo húmedo en el ano, empezó ha rozarme en círculos y meterme el dedo un poco. En ese momento cerré los ojos, la excitación iba en aumento, estaba cachonda de nuevo y sentí que me iba a correr, el seguía metiendo y sacando su polla y sin poder evitarlo se me escapó un…

 

— ahhhhh…

— te gusta el tanga verdad?, pedazo de zorra… ahora quiero que te tragues mi leche…

 

Me arrodillé frente a su polla y me la metió en la boca, al mismo tiempo se la movía con su mano y de pronto se corrió dentro de mi boca… hummm me trague todo su líquido.

 

Después me levante y el chico con una sonrisa se acercó y restregó su polla en mi tanga, sacudiendo sus últimas gotas en el…

 

No hubieron palabras, se vistió y se marchó. Yo me arregle la ropa y me marche. Nunca le he vuelto a ver, pero cada vez que veo el tanga me acuerdo de aquella fantasía cumplida…

 

 

Relató enviado por una seguidora

 

 

febrero2024@womanpenelope.es