aprende con penelope

Woman Penelope 

experiencias basadas en hechos reales

nunca se es demasiado joven para aprender, ni demasiado viej@ para cambiar

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la fiesta de cumpleaños de mi jefa

 

 

Era el cumpleaños de Margarita, mi jefa en la oficina, cumplía cuarenta y nueve años y nos invitó a todo el equipo a cenar, después fuimos a tomar unas copas a un pub.

 

La noche pasaba y las copas fueron haciendo camino. Poco a poco mis compañer@s se fueron marchando, yo iba retrasando el momento de marcharme, ya que mi jefa siempre me atrajo y le tenía ganas, con su edad se conserva perfectamente bien, un culo bien puesto y pechos grandes redondos, pero siempre me mantuve al margen, pero esa noche era especial.

 

Llegó un momento en el que nos quedamos solos, y me pidió que la llevara a casa, ya que se sentía algo mareada.

 

Me dio las llaves de su coche para que yo lo llevara. De camino hacia su casa ella cerró los ojos, llevaba una falda corta por lo que sus muslos estaban desnudos a mi vista. No pude evitar alargar la mano y acariciarlos.

 

Mmmm el roce de su piel era suave, tal y como siempre lo había imaginado en mis fantasías.

 

Ella continuaba con los ojos cerrados, pero note que no estaba dormida porque abrió un poco las piernas, entonces mi mano siguió acariciando sus muslos y subí un poco más, hasta llegar a su entre pierna.

 

El tacto de su tanga era suave y me dejé llevar y exploré sus labios sobre aquella minúscula tela, note la humedad de su vagina y me aventuré, eche a un lado su tanga y acaricie su coño depilado, lo palpé y abrí sus labios y le metí uno de mis dedos en su vagina.

Wow estaba encharcada de fluidos, y emprendí un juego de mete saca entre mis dedos y su vagina. Uff yo estaba tan cachondo que pensé que iba a reventar el pantalón.

 

Entonces llegamos a casa de Marga y pare el coche. La avisé de que habíamos llegado, abrió los ojos y me dijo…

 

— pasa y quédate conmigo

— vale, así te doy tu regalo

 

Cuando entramos, pasamos al salón y le di mi regalo. Era ropa interior, la miró, me miró y me dijo al oído…

 

— que cabrón eres… me has puesto muy cachonda, estoy muy mojada

 

Al oír sus palabras me lance y la devoré a besos, mis manos recorrieron su cuerpo como si de un dulce se tratara, estaba ansioso y tenía sed de ella.

 

Al rato, nos recostamos en uno de los sillones…

 

— no, espera. Ven, acompáñame al dormitorio

 

Nada más entrar nos tumbamos en la cama, y sin dejar de besarnos, fuimos desprendiendo nos de la ropa. Recorrí su piel con mis labios hasta que llegue a sus pechos y allí me recreé, ella jadeaba y me decía…

 

— te gustan mis pechos, mmm chúpalos, exprímemelos…

 

Después fui bajando, le quite el tanga con los dientes y después le metí la lengua en la vagina, ella gritaba y abrió todo lo que pudo las piernas, me agarró la cabeza y la dirigía hacia dónde más le gustaba… ufff yo chupaba y succionaba sus jugos…

 

— ya, metemela ya, no puedo esperar. No seas malo y no me hagas esperar más, quiero sentirte dentro de mi

 

Aparté mi cabeza de su coño y le abrí las piernas un poco más, ella suspiraba impaciente. Me coloqué y le metí la polla de un solo empujón. Ella soltó un gran quejido y empecé en un vaivén frenético, estaba ensimismado en el placer que estaba sintiendo.

Entonces pensé en sacar un poco la polla para evitar correrme, pero ella me agarró del culo, empujándome hacia ella…

 

— no te salgas, correte dentro, quiero sentir el calor de tu semen dentro de mi

 

Y explote al oír sus palabras con espasmos, como exprimiéndome dentro de su vagina, ella al notar el calor de mi líquido estallo corriendo se, apretó mis nalgas con tanta fuerza que me hincó las uñas.

 

Esa noche la pasamos juntos, descansamos un poco y volvimos a jugar, fue una noche larga en la que disfrutamos mucho.

Desde ese momento cada vez que teníamos oportunidad follabamos como locos, ya que debíamos ser discretos al estar ella casada y con dos hijos.

 

Pasados unos meses de nuestros encuentros sexuales, me contó que se había quedado embarazada, pero que no me preocupara porque iba hacer creer a su marido que él era el padre.

 

Su familia recibió muy feliz la noticia de tener un nuevo miembro en la familia, nosotros continuamos con nuestra relación clandestina.

 

Pasó el tiempo y tuvo una preciosa niña, solemos vernos los fines de semana y disfrutamos de nuestra hija juntos, además de continuar con nuestras fantasías sexuales.

 

Ella parece que ha rejuvenecido, sigue siendo mi jefa y nos sentimos bien con nuestra relación
 

 

abril2022@womanpenelope.es