aprende con penelope

Woman Penelope 

experiencias basadas en hechos reales

no existe mejor pregunta que una mirada, ni mejor respuesta que una sonrisa

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fue un sueño

 

En uno de sus viajes de trabajo, Mark organizó una velada con una amiga de años para cenar y tomar unas copas, así aprovecharían para ponerse al día. 

 

Después de una jornada de reuniones sin fin, Mark cogió un Taxi y se dirigió a su Hotel para darse una ducha y cambiarse de ropa. Había quedado con su amiga y solo disponía de 1 hora. Rápido termino de la ducha y llego el momento de buscar la ropa adecuada para presentarse a su amiga que llevaba bastantes meses sin verla. Al final optó por ponerse una Camisa Oxford azul, un vaquero azul medio y unos mocasines Marino sin calcetines. Se perfumo con su compañero de viaje desde hacía muchos años de Esencia de Loewe. 

 

Rápido llamo a recepción para que llamaran a un Taxi y no perder tiempo. 

 

Al bajar a la recepción de el Hotel, ya tenía el Taxi esperando, raudo monto y dio la dirección al conductor. No sin antes avisarle, que solo disponía de 15 minutos para llegar. 

 

Ya en la puerta de el Restaurante, miro su reloj y vio que faltaba 1 minuto para la hora señalada. Abono el servicio al Taxista y entró en el Restaurante. Era uno de los mejores, su servicio era impecable y conocido, porque siempre que visitaba la ciudad, era un cliente asiduo y espléndido. 

 

Mark miro todo el local y no vio a su querida amiga Katy. Así que se dirigió a la pequeña barra que discretamente estaba apartada de la zona de comedor, eligiendo la esquina para poder ver rápidamente a Katy. 

 

Pidió un Manhattan como siempre y sorbió un primer trago, corto y saboreó su mezcla. A los 3 minutos, apareció Katy. Enfundada en un vestido súper ceñido color negro, corto donde se apreciaba sus muslos y un escote donde podía uno imaginarse unos pechos duros, dejando claro, que no llevaba sujetador porque sus pezones amenazaban con rasgar el vestido. Pero había una duda, llevaba tanga o no. Estaba inmerso en ese pensamiento cuando ella sonrió, abrazo y nos dimos dos besos y de repente, se acercó a mi oído y dijo “NO”. Sorprendido dije que no entendía, y ella contestó.- 

 

No a tu duda de si llevo tanga o no. Eso es lo que estabas pensando cuando he entrado. 

 

Reímos y tomamos nuestros Manhattan mientras recordábamos tiempos de atrás. Después de acabar nuestro aperitivo, pasamos a la mesa que había reservado, una mesa al final de la sala muy discreta y sin apenas miradas. 

 

No paramos de hablar, reír y brindar multitud de veces por los tiempos vividos y nuestros logros. Pero ya al final de la cena, ella sonreía y conocía esa cara, esa sonrisa y esa forma de poner sus manos, y sabiendo lo que le gustaba, ordene que tocara su coño, que jugara y fuera metiendose dos dedos. Notaba en su cara como empezaba a sentir, su calor y lo cachonda que empezaba a estar. Sin descanso, ella seguía, me conocía bien para saber que debía obedecer. Y así fue. 

 

Al terminar los postres y el café, pedía casi a gritos salir, marcharnos de allí y follar. Pero no estaba dispuesto a seguir sus ruegos. 

Salimos no sin antes hacernos la reverencia todo el personal de el Restaurante. En la puerta había un Taxi esperando que cogimos y fuimos a un conocido local frente a la playa donde solo iban los más chic de la zona. Al parar el Taxi, dos personas de él local salieron raudos para abrir las puertas y acompañarnos al interior del local. Fuimos directos a la barra y como sabían que iría a visitarlos, tenía la esquina de la barra donde menos luz había, reservada. 

 

Pedimos Moet Chandon y empezamos un juego de mucho morbo, fuerte contenido sexual, que erizaba el vello de la piel. 

Katy se sentó en una banqueta súper vintage, con un respaldo altísimo y fuera de las miradas de la poca gente que había.  Y empezó el juego.....

 

Obligue que con una mano siguiera tocando su pedazo chochazo con esos labios saliendo hacia afuera y retándome, y cada vez que veía que cerraba los ojos, le cogí su otra mano y la llevé a mi pantalón, notando como mi polla emergía desafiante a su coño. 

Veía como metía dos dedos, como se masturbaba cada vez más rápido y con nerviosismo desabrocho los botones de mi vaquero y saco mi polla, toda nerviosa, con fuerza y desesperación me estiró hacia ella y metió mi polla dentro de su coño con movimientos bruscos, con prisas y con jadeos que se mezclaba con la música de Dj de moda y paro en seco, bajo la cabeza y dijo....

Bestial, una corrida de 10. Tremendo. 

 

Sonreí y dije...

 

.- tú crees que esto se puede quedar así ??

 

E intento bajar de la banqueta y ponerse de rodillas, pero se lo impedí y le dije que después me tocaría a mi. 

 

Seguimos con otra botella de Moet y estaba juguetona y volvimos a jugar, sabía que era un juego que ella buscaba, que necesitaba y le gustaba como él comer. Y me preste a ello. 

 

La Obligué a volver a tocarse, pero esta vez, que jugará con el tapón de Moet, lo acercaba a su coño, hablaba sin parar de sexo,  sin apenas luz, veía un hilo de líquido que asomaba y caía de su coño. Me Acerqué a ella y con mi mano derecha, empecé a tocar su coño, metía 1, 2 y 3 dedos y notaba como se estremecía, estaba a punto de volver a correrse.

 

Después  con el dedo gordo de la mano derecha lo metí en su coño, con los otros dedos se los pasaba por su culo, y sin apenas pasar un minuto, volvió a correrse, pero esta vez hasta los Camareros se enteraron. 

 

Tuvo que ir al baño para limpiarse, secarse y arreglarse. 

 

Cuando salió, comentamos el momento y reíamos. Y entonces, ella empezó a tocarme la polla. La Movía de tal forma sabiendo como hacerme llegar a lo más infinito. Era un sueño. Es de esas mujeres, que a pesar de los años, nunca olvidas. 

Me puso tanto, que nos marchamos. Fuimos a mi Hotel y allí me dedico todos los juegos que uno puede imaginar y otros, que no entrarían en muchas mentes. 

 

Y una vez me corri salvajemente, fumamos un cigarro y volvimos a la cama para el ultimo asalto del día. Después de comerme la polla, se puso encima de mí y me follo literalmente. Encima, moviéndose como una loca mientras se hacía una paja, hizo que ambos, nos corrieramos. 

 

Al día siguiente, desayunamos, nos dimos un beso y no volvimos a vernos. Encontró un hombre maravilloso que la hizo súper feliz y tuvieron un hijo. Hablamos y hablamos y un día, dejamos de hablar. 

 

Fue un sueño o fue una realidad ??

Prefiero tenerlo como un sueño que no se volverá a repetir. 

 

 

marzo2024@womanpenelope.es