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no existe mejor pregunta que una mirada, ni mejor respuesta que una sonrisa

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un estudio de harvard descubre la realidad sobre nuestros deseos sexuales.

y sorprende

 

Aunque nos cueste reconocerlo, nos encantan las cosas bizarras. Una gran mayoría de los estudiantes de la universidad más prestigiosa del mundo lo demuestra

 

 

Por E. Zamorano

Todos y cada uno de nosotros tenemos una serie de gustos que nos definen y en cierta medida nos especifican de los demás. La mayoría de ellas se muestran en los productos culturales, en la gastronomía, el cine, la literatura o la música. También en el sexo.

 

Las fantasías muchas veces se materializan en objetos, situaciones o manías, lo que conocemos como fetichismo. Hay algunos que son comunes y otros rematadamente bizarros. Ya el escritor J. G. Ballard, y posteriormente David Cronenberg en el cine, dieron voz a uno tan extraño como la pasión sexual por los accidentes de tráfico. No es nada desconocido, a este tipo de parafilia se le denomina sinforofilia. El parcialismo, por poner otro ejemplo, lo padecen aquellas personas que solo se excitan con una parte específica del cuerpo. Quizás es el más convencional, y el más habitual entre ellos es la podofilia, o lo que es lo mismo, excitarse con los pies. Pero también las manos o los pies con tacones. Los casos más extremos solamente obtienen excitación al tener relaciones sexuales con esa parte del cuerpo.

 

 

Sé sincero con tu pareja y cuéntale qué es lo que más te excita. Si no, la falta de deseo aparecerá 

 

Ahora, un estudio de la Universidad de Harvard realizado en sus propios alumnos viene a sentar algunas bases de estas parafilias sexuales. El proyecto de investigación fue dirigido por la sexóloga Jill McDevitt, de la compañía fabricante de juguetes sexuales CalExotics. La encuesta quiso demostrar en primer lugar cómo de abiertos y sinceros se mostraban los alumnos a la hora de hablar de sus fetiches sexuales. El 22% reconoció que les gustaba el uso de fetiches en sus relaciones íntimas, mientras que un 40% admitió sentirse intrigado. Cuando se les preguntó si poseían alguno en especial, el 43% respondió de forma afirmativa.

 

 

¿Los favoritos?

La humillación y el poder. Esto teniendo en cuenta que Harvard es una de las más prestigiosas universidades del mundo por la que han pasado hombres de estado como Barack Obama, pioneros tecnológicos como Mark Zuckerberg o importantes actores de Hollywood, como Matt Damon. En total el 46% de los encuestados han participado en relaciones de BDSM o sadomasoquismo. 

 

 

¿Sumiso o dominante? 

El 65% reconoció preferir que le dominaran. 

 

Solo un 8% de sus estudiantes confesó no haber llegado nunca al orgasmo 

A la hora de preguntarles por las características o naturaleza del acto sexual, el 40% reconoció haber probado el anal y el 24% haber participado en orgías o tríos. De igual modo, otro 58% admitió que había llegado al orgasmo por medio de juguetes sexuales. Pero claro está, la estadística que se lleva la palma es sin duda el sexo oral  

 

Un 91% afirmó estar completamente enamorado de esta práctica. Finalmente, solo un 8% de los estudiantes confesó nunca haber llegado al orgasmo. Después de todo, afortunados. Cada persona es un mundo, y los fetiches lo demuestran. 

 

Otra de las parafilias más comunes entre la población es tener sexo en lugares públicos. Así, para muchas personas el coche, un parque, un baño público o cualquier otro lugar donde exista la posibilidad de ser pillado 'in fraganti' es una gran fuente de inspiración -y excitación- para ellos.

 

Hay muchos psicólogos que apuntan que los fetiches dicen mucho más de nuestra personalidad de lo que creemos. 

En todo caso, tal y como asegura Stephen Snyder, sexólogo experto, tener una parafilia no es nada extravagante o algo que debería avergonzarnos, así como tampoco mantener oculto dentro de la pareja. Precisamente, una de las causas de la falta de deseo en una relación apunte tal vez al hecho de que no están siendo sinceras ambas partes a la hora de confesar sus más privados deseos, absurda e inútilmente reprimidos.

 

Si tienes un impulso inconfesable por alguna situación, objeto o parte del cuerpo, no te cortes: suéltalo, cuéntaselo a tu pareja. Seguramente también tenga otro, y juntos os podéis satisfacer. 

 

 

marzo2023@womanpenelope.es